Por su tendencia a la exageración y a la sobrevaloración de metas y resultados del ajuste económico, el mileísmo no puede cometer el pecado de dejar pasar la fecha patria del 9 de Julio sin tratar de incorporarla como otro hito a su liturgia de la desmesura con el “Pacto de Mayo”; y en el mes de la Independencia. Todo es excesivo en Milei, más entre sus fanáticos de las redes sociales -para ellos ya es “o maior presidente da história e do mundo”-, por lo que sería insólito que desaproveche esa jornada nacional para celebrar el equilibrio financiero y cargar contra la casta política. Menos que menos si tiene en cuenta que el 9 de julio de 1947 el entonces presidente Juan Domingo Perón declaró la independencia económica en nuestra ciudad. ¡Cómo no tentarse, e incomodar a los militantes del principal partido opositor, el PJ! Especialmente después que el vocero presidencial, Manuel Adorni, dijera que hasta Néstor Kirchner estaría orgulloso del ajuste que lleva adelante el Gobierno nacional; toda una provocación para el peronismo que está a la izquierda del movimiento nacional justicialista, hoy concentrado en Buenos Aires y comandado por Cristina Fernández. En Tucumán, ¿cómo se comportaría el peronismo con Milei de visita? Tremendo desafío para Osvaldo Jaldo como jefe político que, en esa línea, lanzó una frase para alambrar a la provincia de cualquier eventual revuelta en contra del Presidente que lo pueda dejar mal parado cuando se esfuerza por llevarse bien para que lo oxigene económicamente. “Necesitamos un peronismo que esté a la altura de las circunstancias -dijo-, un peronismo nacional donde surjan nuevos líderes que puedan conducir y liderar el proceso del movimiento nacional justicialista”. El gobernador, que no preside el PJ tucumano -hoy lo encabeza el senador Juan Manzur-, entre líneas deslizó varias cosas en esa observación: si no hay un jefe político nacional nadie le puede decir qué hacer o qué no, menos desde el ala izquierda del espacio (léase Cristina y Axel Kicillof), y que el peronismo que debería resurgir lo tiene que hacer desde la derecha del movimiento, de acuerdo al tiempo que se vive y a las preferencias políticas expresadas por el pueblo en las urnas. O sea, el perfil de nuevo conductor del PJ, hoy por hoy, debería aparecer por ese lado interno, en el que Jaldo está ahora instalado por supervivencia institucional y política, para volver a ser una alternativa de poder. Puro pragmatismo. En esta línea el peronismo tucumano fue muy conservador, por lo que al titular del Ejecutivo tucumano no le resultaría dificultoso “derechizar” o encolumnar al peronismo provincial en ese camino. Después ser verá qué extremo del movimiento se impone en su propia interna. Si bien el mensaje de Jaldo tiene alcance nacional, seguramente está pensando más en Tucumán, fronteras adentro, y en lo que pueda pasar el Día de la Independencia con Milei y la firma del Pacto de Mayo, en julio. No querrá descontroles. Más que asegurar un operativo antipiquetes tiene que impedir un operativo antiMilei que lo incomode. Él debe preocuparse del escenario local, definir a quiénes invitar del ámbito provincial y evitar que haya algunos que en roles secundarios le arruinen la obra. Un significativo reto político de trascendencia nacional para el mandatario local. Por muchas razones, Jaldo debe “derechizar” al peronismo tucumano para ponerse a tono con este tiempo. En ese marco debe plantarse políticamente frente a sus pares provinciales del mismo color político; aunque puede intuir que, en algún momento, desde lo electoral, ideológico y doctrinario deberá estar en la vereda de enfrente del mileísmo. Para comprender lo último baste mencionar una frase de Perón sobre un concepto que aborrece Milei, el de la justicia social, que define al justicialismo: “Se ha dicho que sin libertad no puede haber justicia social, y yo respondo que sin justicia social no puede haber libertad” (discurso del 1 de mayo de 1949, en los balcones de la Casa Rosada).
Jaldo “derechiza” al PJ tucumano
OSVALDO JALDO.